Queridos amigos desconocidos,
Hace tiempo que me acostumbré a escribir para vosotros, directamente a
vuestros corazones sin saber vuestros nombres, ni haber visto vuestras
caras. Hace ya tres an~os que inicié mi andadura literaria en internet.
Todo comenzó con la pregunta de una faceamiga de un compan~ero de
estudios, de si podía publicar una cita mía en su blog. Sin saber de
quién se trataba, le dije que sí, más
tarde me enteré de que Luisa Nun~ez es la presidenta del Blog Canal
Literatura. Desde entonces me estuvo publicando regularmente durante
meses por iniciativa propia. En ocasiones yo misma me enteraba de que me
había publicado, por casualidad, días más tarde. Cuando comencé en el
2009 mi perfil contaba con 17 faceamigos, hoy he perdido la cuenta de
las personas que me siguen por este medio. Al principio la idea de
contactar directamente con lectores desconocidos me resultaba muy
exótica, especialmente cuando me enteraba de que a alguien me solicitaba
amistad desde Filipinas o desde Australia, para poder leer más. Empecé a
sorprenderme de las posibilidades que la red me ofrecía, cuando una
"facedesconocida", minutos después de haber encontrado un poema mío,
escrito y publicado dos horas antes, me solicitaba amistad y me
preguntaba si podía publicar mi poema en una revista literaria chilena
publicada por el liceo donde Gabriela Mistral daba clases a Pablo
Neruda.
Aquí me encuentro nuevamente frente al teclado, porque
mi querida amiga Belén, me ha pedido que os escriba una carta
especialmente dedicada a todos aquellos que pasáis las fiestas lejos del
hogar y de los seres queridos. Y me lo ha pedido sabiendo que en el
tema me puedo considerar una experta, emigrante voluntaria desde hace 22
an~os, con interrupciones, pero que al parecer van a ser muchos más, ya
que he vuelto a tomar la determinación de asentarme definitivamente en
Berlín, desde donde os escribo. Hace varios días que estoy pensando en
lo que os quiero decir, pero lo he vuelto a dejar para el último minuto,
porque sentía una melancolía que me ahogaba, y cuando me siento así
prefiero no escribir. No me gusta ponerme a escribir hasta que no siento
una necesidad imperiosa de hacerlo. Es un proceso complicado para mí,
por lo íntimo, no por otra cosa. Escribir es un desnudarse más allá de
la piel.
Me viene a la mente Sabina " más triste que un torero,
al otro lado del telón de acero: Así estoy yo sin ti." Y así como dice
el maestro, así es la perenne tristeza del que se ve obligado a estar
constantemente separado de lo que ama, especialmente en fechas en las
que, como bien dice aquel legendario anuncio del turrón, lo ideal es que
"se vuelva a casa por Navidad". Por muchos an~os que uno pase fuera de
su lugar natal, lejos de su cultura, de sus parientes y amigos, uno no
puede dejar de sentir esa espinita clavada en el corazón. Las
celebraciones entran~ables de la nin~ez, donde nos reuníamos treinta
personas en el pisito de la abuela y cantábamos, tocábamos panderetas,
zambombas y botellas de anís; aquellas noches eternas de Reyes, aquellos
programas musicales de la TVE para la Noche Vieja, que nos hacían
son~ar y creer en la magia...Bendita inocencia! Estando lejos en el
tiempo y en el espacio, aquellos tiempos me parecen rozar la perfección.
Éramos simplemente felices, subrayando el "simplemente". Si la
felicidad es el equilibrio entre lo que somos, lo que tenemos y a lo que
aspiramos, entonces pasar unas felices fiestas es nuevamente un
ejercicio de equilibrismo:
La primera pregunta, quién soy,
implica el reconocernos como seres sociales que somos, que no pueden
sobrevivir sanamente a largos periodos de soledad, de aislamiento, de
estar apartados de quien amamos y de quien nos ama. Quién soy se ve
especialmente reflejado en la pregunta a quién amo, porque en realidad
somos lo que amamos, somos lo que damos por amor. Aquí llegamos a la
parte del tener y dar. Qué tengo es una pregunta que parece tener más
importancia que nunca en nuestra sociedad capitalista desigualitaria. De
lo que tengo, qué voy a dar en estas fiestas? Qué voy a recibir? Es la
distancia física un impedimento? Hoy en día no, no lo es. Gracias a
Correos y a los múltiples medios de comunicación, podemos dar más que
nunca, con inmediatez. Video conferencias, mensajes de amor digitales,
paquetes de regalo que nos llegan directamente de tiendas on-line ,
envíos de dinero internacionales... Qué tal algo hecho por nosotros
mismos o por nuestros hijos? Como tu tiempo es oro, el tomarte algo de
él para crear algo especial, para alguien especial, es el más valioso de
los regalos, no?? El mundo es más pequen~o que nunca. Todo intercambio
se ha agilizado, tanto es así que nos encontramos bajo la continua
presión de tomar decisiones y realizar tareas múltiples, paralelamente,
sin descanso. Es así como vamos a celebrar también la Navidad? Es el
preámbulo ideal para la "Noche de Paz"?.A qué aspiro es el tercer
elemento primordial en el triángulo de la felicidad. Cómo quiero pasar
mis fiestas, mi final del 2012 ( si uno tiene en cuenta las tendencias
apocalípticas, nuestro final y punto). Los que estamos lejos, tenemos la
suerte de poder seguir viendo la tele y escuchar la radio de nuestro
país por satélite o por internet, con lo que nos podemos sentir más
cerca. Podemos incluso invitar a nuestros amigos extranjeros a sus
primeras doce uvas y su primer turrón. Así que a lo que aspiramos, los
emigrantes, es a crear para nosotros mismos una puerta a una nueva
dimensión en la que las barreras de espacio o tiempo no sean un
impedimento para sentirnos unidos a nuestros físicamente lejanos seres
queridos, pero espiritual y emocionalmente más cercanos que nunca. Es
mejor así, que sentirnos alejados y abandonados por los que nos rodean. O
ignorar a los necesitados que nos rodean. Personalmente he decidido
dedicar parte de mi tiempo a servir como camarera en un comedor social
los domingos y festivos, asignatura que tenía tan pendiente como el
gimnasio al que me acabo de apuntar. No hay nada como proponerse algo y
hacerlo!! La sensación de cercanía es tan subjetiva, que uno puede
sentirse unido a todo, con decidirlo. Así lo he decidido yo. He decidido
que Berlín se encuentra solamente a "las afueras" de mi ciudad natal.
Y, en realidad, no es una idea tan disparatada, pues un vuelo tarda
solamente dos horas y media hasta Barcelona. Un visto y no visto. Y cada
vez que me encuentro a un amigo berlinés en Las Ramblas, se confirma la
teoría del mundo pan~uelo. Así que, sabiendo que no tenemos por qué
sentirnos lejanos o aislados los unos de los otros, aquí me tenéis
dedicándome a reflexionar sobre la relatividad de la lejanía en las
fiestas, o en cualquier otro momento, porque hoy en día, más que nunca,
son nuestros corazones los que se conectan a través de las ondas.
Felices fiestas a todos, a más de 2000 Km ( tan lejos y tan cerca), gracias a nuestra querida Belén, que nos ha conectado!!
Besos como mariposas revoloteando libremente,
Almudena
Hermoso escrito Almudena.
ResponderEliminarInteresante espacio el tuyo,
que disfrutes estas fiestas.
¡Feliz Navidad!
un saludo.